El Taller de Reinsertables fue una emoción paralímpica. Cerrado en su día por defunción, el blog que lo publicitaba a propios (mayormente) y a algún extraño, se abre de nuevo bajo el nombre de uno de sus naúfragos supervivientes para administrar recuerdos y contar algunas aventuras, no ya del Taller pasado a mejor vida sino de algunos de sus componentes y organizaciones amigas que compartieron afanes y diversiones.
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